Los cheetos están hechos con cartón y petróleo
Como mostraba en un post anterior, hace unas semanas me enviaron un vídeo que circula por internet (a través de correos virales) en el que se dice que los cheetos están hechos con cartón y petróleo, algo que es rotundamente falso. Como ya os decía, este vídeo es un fragmento de un programa emitido por la televisión estatal venezolana en el que se vierten innumerables calumnias sobre los alimentos, concretamente sobre la comida basura. Al parecer el programa pretende hacer propaganda anticapitalista y antiestadounidense (puedes ver la explicación aquí), aunque para ello haya que mentir, exagerar y decir verdades a medias. Para quien todavía no conozca este blog, aquí solamente se habla de alimentos, no de política, y se defiende el pensamiento crítico, así que comencemos...
Aquí tenéis el vídeo en cuestión, que a día de hoy tiene la friolera de
ngredientes de los cheetos
Según el supuesto Ingeniero de Alimentos y el "Investigador Naturista", los cheetos no están hechos con maíz, sino con petróleo, concretamente con carboximetilcelulosa (CMC) y con acetona, que según ellos son sustancias derivadas del petróleo (¿y del cartón? ¿?). Para "demostrarlo" acercan una llama a los cheetos, que comienzan a arder en pocos segundos. Según ellos, otro "peligroso" ingrediente de los cheetos es un colorante: la tartracina.
En primer lugar, en la siguiente imagen podéis apreciar la lista de ingredientes que aparece en el etiquetado de los cheetos que se fabrican en España, en la que no hay ni rastro de petróleo (como ya os decía aquí, el petróleo no se emplea en alimentos porque es tóxico), ni de acetona (esta también es tóxica, a pesar de que en muy bajas concentraciones es metabolizada por el organismo), ni de carboximetilcelulosa, ni de tartracina, ni de nitratos (conservante que solamente se emplea en productos cárnicos). De hecho, en el etiquetado figura que los Cheetos contienen un 75% de maíz, los colorantes son naturales y no contienen conservantes. ¿Acaso los supuestos científicos están acusando a las empresas que fabrican estos alimentos de mentir en el etiquetado? ¿No saben que existen leyes y organismos encargados de que estas se cumplan?
Según el supuesto Ingeniero de Alimentos y el "Investigador Naturista", los cheetos no están hechos con maíz, sino con petróleo, concretamente con carboximetilcelulosa (CMC) y con acetona, que según ellos son sustancias derivadas del petróleo (¿y del cartón? ¿?). Para "demostrarlo" acercan una llama a los cheetos, que comienzan a arder en pocos segundos. Según ellos, otro "peligroso" ingrediente de los cheetos es un colorante: la tartracina.
En primer lugar, en la siguiente imagen podéis apreciar la lista de ingredientes que aparece en el etiquetado de los cheetos que se fabrican en España, en la que no hay ni rastro de petróleo (como ya os decía aquí, el petróleo no se emplea en alimentos porque es tóxico), ni de acetona (esta también es tóxica, a pesar de que en muy bajas concentraciones es metabolizada por el organismo), ni de carboximetilcelulosa, ni de tartracina, ni de nitratos (conservante que solamente se emplea en productos cárnicos). De hecho, en el etiquetado figura que los Cheetos contienen un 75% de maíz, los colorantes son naturales y no contienen conservantes. ¿Acaso los supuestos científicos están acusando a las empresas que fabrican estos alimentos de mentir en el etiquetado? ¿No saben que existen leyes y organismos encargados de que estas se cumplan?
En segundo lugar, la materia orgánica arde con relativa facilidad. La efectista puesta en escena en la que se muestra que los cheetos arden al acercarles una llama no demuestra en absoluto que estén elaborados con petróleo. Arden con facilidad por su estructura hueca, por su bajo contenido en agua y porque, evidentemente, el maíz arde (al igual que la grasa vegetal que contiene el producto). Podéis probar (con precaución) a quemar una palomita de maíz, o cualquier otro alimento, como un espagueti o un poco de aceite.
A pesar de que los Cheetos no llevan las sustancias que se dice en el vídeo, muchas de ellas son seguras para la salud. Por ello están recogidas en la legislación alimentaria y se emplean con frecuencia para la elaboración de alimentos.
TARTRACINA
La tartracina (o tartrazina), es un colorante sintético empleado en una gran variedad de alimentos con el fin de proporcionarles un color que va desde el naranja hasta el amarillo, en función de lo diluido que esté. Además se puede mezclar con otros colorantes para que los alimentos adquieran color azul o color verde. Se emplea en muchos lugares del mundo para dar color a alimentos tan diversos como nachos, refrescos, yogures, aperitivos, etc. En España, por ejemplo, es el colorante que mucha gente emplea para cocinar la paella.
Este colorante está permitido por la legislación europea, donde aparece con el código E-102. Como todos los aditivos que están recogidos en la legislación alimentaria, superó unos estrictos controles para conocer si era seguro para la salud; concretamente, fue evaluado por el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) en el año 1966 y por el Comité Científico de la Unión Europea para la Alimentación Humana (SCF) en el año 1975 y en el año 1984. Ambos comités establecieron una ingesta diaria admisible (IDA) de 0-7,5 mg/kg de peso corporal/día, lo que supone que una persona de 70 kg de peso podría ingerir como máximo 525 mg de tartracina durante todos los días de su vida antes de que su organismo manifestara cualquier reacción adversa. Aunque 525 mg (un poco más de medio gramo) puede parecer poco, en realidad no lo es: hay que tener en cuenta que no todos los alimentos contienen este aditivo, y, sobre todo, que en los que sí aparece, lo hace en pequeñas cantidades, dado su poder colorante.
Es cierto que existe cierta controversia en torno a este aditivo. Sin ir más lejos, en el vídeo que se muestra en este post, el supuesto Ingeniero de Alimentos dice que este colorante produce alergias, rinitis, migraña, dolor de cabeza (que viene a ser lo mismo), estreñimiento y, por si fuera poco, se pega a las tripas (¿como los chicles?). Aparte de las letanías de estos charlatanes, existen estudios científicos serios que mostraron resultados inquietantes acerca de este colorante. Concretamente, algunos científicos observaron que la tartracina podría provocar cambios en el ADN, algo que podría desembocar en un cáncer (Sasaki et al., 2002), mientras que otros observaron que podría aumentar la hiperactividad en niños pequeños (Tanaka, 2006; McCann et al., 2007). (Nota: en el etiquetado del colorante que se muestra en la imagen se advierte sobre ello, a pesar de que la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria considera que es seguro en las dosis indicadas. Sin embargo, según la legislación europea, es obligatorio incluir esta advertencia en los alimentos que contengan tartracina).
Colorante alimentario elaborado a base de tartracina (E-102). Proaliment, Jesús Navarro S.A., Alicante, España. En el etiquetado se advierte de los posibles efectos negativos, según exige la legislación europea, a pesar de la revisión realizada por la EFSA. |
CARBOXIMETILCELULOSA (CMC)
La carboximetilcelulosa (CMC) es un espesante totalmente inocuo, permitido por la legislación para su uso en alimentos (código europeo E-466). La CMC obtiene a partir de la celulosa que está presente en la pared celular de las células vegetales (nótese que las células vegetales forman parte de todos los vegetales: desde una lechuga hasta una zanahoria). Como espesante que es, la CMC se emplea para espesar, estabilizar y gelificar disoluciones acuosas. Es decir, se utiliza en alimentos más o menos líquidos para que sean más espesos y estables, ya que la CMC tiene la capacidad de retener agua. Como comprenderéis, no tiene ningún sentido utilizar este aditivo en los Cheetos.
En cuanto a los nitratos, otro día hablaremos de ellos más detenidamente.Actualización: puedes verlo aquí.
Fuentes
- EFSA Panel on Food Additives and Nutrient Sources dded to Food (2009) Scientific opinion on the re-evaluation tartrazine (E-102). European Food Safety Authority (EFSA), Parma, Italy.
- McCann, D., Barret, A., Cooper, A., Crumpler, D. et al. (2007) Food additives and hyperactive behaviour in 3-yera-old and 8/9-year-old children in the community: a randomised, double-blinded, placebo-controlled trial. The Lancet, 370(9598), 1560-1567.
- Pestana, S., Moreira, M. y Olej, B. (2010). Safety ingestion of yellow tartrazine by double-blind placebo controlled challenge in 26 atopic adults. Allergologia and Inmunopathologia, 38(3), 142-146.
- Real Decreto 1465/2009, de 18 de septiembre, por el que se establecen las normas de identidad y pureza de los colorantes utilizados en los productos alimenticios.
- Real Decreto 1466/2009, de 18 de septiembre, por el que se establecen las normas de identidad y pureza de los aditivos alimentarios distintos de los colorantes y edulcorantes utilizados en los productos alimenticios.
- Reglamento (CE) Nº 1333/2008 sobre aditivos alimentarios.
- Reglamento (CE) Nº 1333/2008 sobre aditivos alimentarios.
- Sasaki, Y., Kawaguchi, S., Kamaya, A., Ohshita, M., Kabasawa, K., Iwama, K. et al. (2002). The comet assay with 8 mouse organs: results with 39 currently used food additives. Mutant Research, 519,103‑119.
- Tanaka, T. (2006). Reproductive and neurobehavioural toxicity study of tartrazine administered to mice in the diet. Food Chemical Toxicology, 44(2), 179-187.
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