Hallan restos de los estudiantes , secuestrados
Normalistas fueron asesinados: PGR, padres no aceptan resultados
PGR ofrece nuevos datos
A casi 43 días de la desaparición de los normalistas, la PGR realizó un informe sobre el hallazgo de restos humanos en el río San Juan en Cocula pertenecientes a un grupo compuesto por al menos 40 personas que, en palabras del procurador, “muy probablemente pertenecen a los estudiantes” de Ayotzinapa.
Mira a continuación la conferencia de prensa ofrecida por el procurador General de la República y más abajo, el resumen de la misma.
En una conferencia de prensa que inició a las 15:10 horas, el procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, dio a conocer los últimos detalles sobre la investigación del caso Ayotzinapa.
El procurador informó que las autoridades lograron la ubicación y detención de Patricio Reyes y Jhonatan Osorio, así como de Agustín García, tres delincuentes que habrían sido testigos de los hechos ocurridos con los 43 normalistas. Sus declaraciones, afirmó, condujeron al hallazgo de seis bolsas llenas de cenizas.
Tras anunciar que los testimonios y pruebas apuntan al homicidio de un amplio número de personas en la zona de Cocula, el procurador narró las reconstrucción de los hechos de la siguiente manera:
Los policías entregaron a miembros de Guerreros Unidos a individuos que cabría identificar con los estudiantes. Por otro lado, según informó el procurador, las fosas encontradas hasta ahora no contienen los restos de los estudiantes buscados. Se sabe que los cuerpos encontrados pertenecen a personas que perdieron la vida un mes antes.
Los detenidos afirman que recibieron a un número de personas que no pudieron determinar, pero que estimaron era superior a 40. Los subieron a dos vehículos de carga y los condujeron a un barranco en las cercanías del basurero de Cocula. Afirmaron que en tal lugar, los entregaron a miembros del grupo criminal. Al llegar al sitio, algunos de los individuos transportados ya estaban muertos.
Los delincuentes interrogaron a los individuos entregados para determinar si pertenecían a un grupo criminal, con la intención de “proteger su territorio”. Una vez terminado el interrogatorio, los delincuentes ejecutaron y les prendieron fuego a los individuos. Las llamas habrían sido iniciadas a la medianoche. Los restos se habrían vuelto manipulables hasta las 5:30 de la tarde.
Más tarde, los restos habrían sido transportados en camiones de basura a las orillas del río San Juan. Ahí, los huesos restantes fueron triturados y las cenizas puestas en bolsas de plástico. Algunas de éstas fueron vaciadas en las aguas. Dos más fueron arrojadas cerradas.
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